Alquilar paneles solares puede parecer una opción atractiva para quienes desean aprovechar la energía solar. Sin embargo, esta alternativa tiene varias desventajas que a menudo se pasan por alto. En este artículo, exploraremos las razones por las cuales alquilar paneles solares no es la mejor opción para los consumidores.
Propiedad y control limitado
Cuando alquilas paneles solares, no eres el propietario de los mismos, lo que significa que tienes un control limitado sobre su uso. Las decisiones sobre el mantenimiento, las actualizaciones o incluso la reubicación de los paneles dependen completamente de la empresa arrendadora. Esto puede ser un gran inconveniente si planeas realizar mejoras en tu propiedad o si decides mudarte.
Costos ocultos del alquiler de paneles solares
Renta de paneles solares puede parecer más económico al principio, pero los costos a largo plazo pueden ser considerablemente más altos. Las empresas de alquiler suelen incluir tarifas adicionales que no siempre son claras al momento de la firma del contrato. Estas tarifas pueden incluir costos de mantenimiento, seguros y, en algunos casos, penalizaciones por la cancelación anticipada del contrato.
Compromiso a largo plazo
Los contratos de alquiler de paneles solares suelen tener una duración de 10 a 15 años. Esto significa que estarás atado a un acuerdo a largo plazo, que puede no ser beneficioso si tus circunstancias cambian. Por ejemplo, si decides vender tu casa, el nuevo propietario tendría que asumir el contrato, lo que podría complicar la venta.
Valor reducido de la propiedad
Aunque la instalación de paneles solares generalmente aumenta el valor de una propiedad, este no es el caso cuando se trata de paneles alquilados. Los compradores potenciales pueden ver el contrato de alquiler como una responsabilidad adicional, lo que puede reducir el atractivo de tu propiedad en el mercado.
Ahorros limitados
Al alquilar paneles solares, los ahorros en la factura de electricidad suelen ser del 10% al 15%. Aunque parecen beneficiosos, estos ahorros son menores comparados con los que se obtienen al financiar o comprar los paneles, donde además puedes acceder a incentivos fiscales y disfrutar de energía gratuita una vez amortizada la inversión.
Doble pago
Cuando expire tu contrato de arrendamiento, y retiren los paneles solares, tus recibos CFE volverán a ser los que eran antes de instalar los paneles solares. Esto significa que si quieres mantener tus recibos CFE bajos, tendrás que volver a instalar paneles nuevos. De hecho mucho antes de esto, ya habrá subido tu recibo CFE, porque los paneles arrendados van desgastandose con los años, y con mucha rapidez debido a su baja calidad, algo que no te dice la arrendadora, ya que ellos buscaran alguna excusa para justificar el alza en el recibo CFE.
Ten en cuenta que al final de tu contrato, la arrendadora presionará para que le compres los paneles del renta, ya que ellos saben que estan al final de su vida útil y son casi basura, y le sale mucho más barato vendertelos, que quitarlos y deshacerse de ellos, ya que el periodo del renta esta calculado para que los paneles mueran poco después de finalizado el contrato. Aunque te regalaran los Paneles, te costaría extra removerlos al poco tiempo que dejen de servir.
Cualquiera que sea el caso, habrás pagado mucho más, por más años, que lo que hubieras pagado con un financiamiento para la compra, en lugar de arrendamiento de los Paneles.
Limitación en la elección de equipos
Al alquilar paneles solares, pierdes control sobre la selección de tecnología y equipos. Es la empresa de renta quien decide qué paneles e inversores se instalan, lo que puede llevar a la instalación de tecnología no óptima para tus necesidades. Además, no tienes la libertad de actualizar el sistema si surgen mejoras tecnológicas, lo que limita tu capacidad para optimizar el rendimiento y maximizar los beneficios de la energía solar.
Falta de rentabilidad de la inversión
Al alquilar paneles solares, reemplazas la factura de la luz por pagos mensuales a la empresa de alquiler, pero sin los beneficios de ser propietario. No recuperas la inversión al final del contrato, y sigues pagando indefinidamente sin obtener un activo propio. Mientras que al comprar los paneles podrías disfrutar de energía gratuita y aumentar el valor de tu propiedad, con el alquiler pierdes la oportunidad de maximizar los beneficios económicos a largo plazo.
Conclusión
Aunque el alquiler de paneles solares puede parecer una solución cómoda, a largo plazo es una opción menos rentable y menos flexible que la compra.
Si está pensando en recurrir a la energía solar, es recomendable que evalúe todas las opciones y considere la compra de paneles como una inversión a largo plazo que le proporcionará un mayor beneficio económico y control sobre su propiedad.